
En el intrincado entramado de la atención médica, donde la precisión y la coordinación son cruciales, a menudo se pasa por alto a un actor fundamental en la seguridad del paciente: la familia. Lejos de ser meros visitantes, los familiares y seres queridos constituyen un pilar invisible pero robusto que puede fortalecer significativamente la calidad y la seguridad de la atención. Su conocimiento íntimo del paciente, su capacidad de observación constante y su motivación intrínseca para el bienestar del ser amado los convierten en aliados invaluables para el equipo de salud.
La importancia de la familia en la seguridad del paciente radica en su rol como guardianes y comunicadores . Ellos conocen la historia clínica del paciente, sus peculiaridades, sus reacciones a ciertos tratamientos y pueden identificar cambios sutiles que podrían pasar desapercibidos para el médico personal. Su presencia constante permite una vigilancia continua , actuando como un sistema de alerta temprana ante posibles complicaciones o errores. Además, la familia puede facilitar la comunicación efectiva entre el paciente y el equipo de salud, especialmente en situaciones de vulnerabilidad donde el paciente puede tener dificultades para expresarse. Pueden aclarar dudas, reforzar instrucciones y asegurar que se respetan las preferencias del paciente.
UN CAMBIO DE PARAGIGMA
Una estrategia clave es establecer políticas de puertas abiertas y horarios de visita flexibles que reconozcan el rol esencial de la familia. Fomentar la participación activa de la familia en la planificación del cuidado y en la toma de decisiones, siempre respetando la autonomía del paciente, puede generar un sentido de colaboración y confianza mutua. La designación de un punto de contacto específico dentro del equipo de salud para la familia puede facilitar la comunicación y resolver inquietudes de manera oportuna. Además, proporcionar información clara y accesible sobre los planos de tratamiento, los riesgos y los signos de alarma empodera a la familia para participar activamente en la seguridad del paciente.

En el entorno crítico y complejo de una Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), la implementación de una política de puertas abiertas trasciende la mera flexibilidad de horarios de visita.
Se convierte en una estrategia poderosa para fortalecer la seguridad del paciente al integrar a la familia como un miembro activo y vigilante del equipo de atención. El libre acceso familiar a la UCI aporta beneficios significativos tanto para el bienestar emocional del paciente como para la prevención de eventos adversos.
Para el paciente , la presencia constante de sus seres queridos en una UCI de puertas abiertas ofrece un apoyo emocional inigualable . En un ambiente a menudo despersonalizante y lleno de ansiedad, la voz familiar, el tacto conocido y la simple presencia reconfortante pueden disminuir la sensación de aislamiento, el miedo y la confusión. Esta conexión emocional puede traducirse en una reducción del estrés y la agitación , lo que a su vez puede impactar positivamente en parámetros fisiológicos como la frecuencia cardíaca y la presión arterial. Un paciente más tranquilo y con mayor apoyo emocional puede colaborar mejor con los tratamientos y tener una menor incidencia de delirio , una complicación común en la UCI que puede comprometer la seguridad y prolongar la estancia.
Desde la perspectiva de la seguridad del paciente , la familia con libre acceso se convierte en un sistema de vigilancia adicional y continua . Su conocimiento íntimo del paciente les permite identificar cambios sutiles en su estado, comportamientos inusuales o incluso problemas con los dispositivos médicos que podrían pasar desapercibidos en la rutina del personal. Pueden alertar sobre signos tempranos de deterioro, reacciones adversas a medicamentos o desconexiones accidentales de sondas y catéteres. Esta observación constante y familiar actúa como una capa extra de protección, complementando la vigilancia del equipo de salud y contribuyendo a la detección temprana y prevención de errores o complicaciones .

CUIDADOS HUMANIZADOS
En el Proyecto HUCI (humanización de cuidados intensivos) nos cuentan que en España, las UCI tienen horario de visitas en 3 categorías:
- Horario abierto las 24 hs (3.8%)
- Horario diurno abierto (9.8%)
- 2 visitas por día ( 67.7%)
«Estar solo, enfermo y consciente deltro de un Box de UCI, da miedo. Y desde la ás profunda antigüedad prehistórica, cuando el ser humano tiene miedo, se integra en clanez, busc asociaciones… Se refugia en la familia» (sic Dr. José Iñego Cano – Hospital San Juan de Dios de Córdoba)
Cuando hablamos de PUERTAS ABIERTAS, no estamos diciendo, las 24 hs los 365 días del año. en todas las UCI, bajo cualquier circunstancia.
Flexibilizar los horarios de visita y permitir que las familias participen en el cuidado (aquel que puedan) es ABRIR PUERTAS.
Hay que tener programas de flexibilización, estableciendo quien los administra, en que situaciones los programamos, a que familias y pacientes les ofrecemos (algunos pacientes no quieren visita), en que servicios puede instaurarse (depende de la estructura de la terapia intensiva). Pero observando cada particularidad de paciente, familia, unidad de UCI, intentar conciliar el acompañamiento la mayor parte del tiempo que se pueda, es adherir a la filosofía de humanización del cuidado.
Cada paciente tiene un contexto en específico que debemos atender como profesionales de la salud y debemos facilitar el encuentro.
Expliquemos en que condiciones y bajo que circunstancias «abrimos las puertas». Demos cuenta de nuestro cuidado. Eso es humanizar.
Fomentar una UCI amable, compasiva, empatica y cálida que pueda consolar a la familia de alguna manera el dolor y sufrimiento que los acompañan es humanizar.
La UCI de puertas abiertas también promueve una mayor transparencia y confianza entre el equipo de salud y la familia. Al presenciar directamente los cuidados y la dedicación del personal, la familia puede sentirse más segura y tranquila respecto a la atención que recibe su ser querido. Esta confianza mutua facilita una colaboración más estrecha y un ambiente de trabajo más armonioso.
En resumen, una política de puertas abiertas en la UCI, lejos de ser un factor de distracción, se erige como un componente esencial de la seguridad del paciente . El apoyo emocional, la vigilancia continua y la comunicación facilitada por la presencia familiar activa actúan como un escudo protector, contribuyendo a un entorno de atención más seguro, humano y centrado en las necesidades del paciente crítico. Al integrar a la familia como un aliado invaluable, las UCI pueden optimizar la calidad de la atención y mejorar significativamente los resultados para los pacientes.

PARA RESUMIR
Integrar a la familia como un miembro activo del equipo de atención no implica ceder el control ni sentirse invadido. Se trata de reconocer su valioso aporte y de construir una alianza estratégica en beneficio del paciente. Al derribar las barreras y fomentar una cultura de colaboración, las instituciones de salud pueden convertir a la familia en un escudo protector adicional, fortaleciendo la seguridad del paciente y humanizando la experiencia de la atención médica.
Una política de puertas abiertas en la UCI, lejos de ser un factor de distracción, se erige como un componente esencial de la seguridad del paciente . El apoyo emocional, la vigilancia continua y la comunicación facilitada por la presencia familiar activa actúan como un escudo protector, contribuyendo a un entorno de atención más seguro, humano y centrado en las necesidades del paciente crítico. Al integrar a la familia como un aliado invaluable, las UCI pueden optimizar la calidad de la atención y mejorar significativamente los resultados para los pacientes.
La familia Es un componente central e indispensable . Su participación activa y su visión única enriquecen el proceso, garantizando que la atención se centra verdaderamente en las necesidades integrales del paciente, respetando su dignidad y promoviendo un entorno de cuidado más humano y compasivo. Ignorar o minimizar el rol de la familia sería desaprovechar un recurso invaluable para la humanización de la atención en salud.
¡HASTA PRONTO!
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