El aislamiento hospitalario es una estrategia fundamental en la prevención y control de infecciones asociadas a la atención sanitaria (IAAS).

Su aplicación se basa en la interrupción de la cadena de transmisión de microorganismos y exige una estricta colaboración entre el personal de salud, los pacientes y sus familias.

1. Tipos de Aislamiento y Fundamentos

Las medidas de aislamiento se clasifican en dos grandes categorías: las precauciones estándar (PS) y las precauciones basadas en el mecanismo de transmisión.

Precauciones Estándar (PS)

Son las medidas esenciales diseñadas para el cuidado de todos los pacientes ingresados, independientemente de su diagnóstico presunto o comprobado. La medida fundamental dentro de las PS es la higiene de manos, recomendando seguir estrictamente los «5 Momentos para la Higiene de Manos» de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Las PS incluyen también el uso de Equipo de Protección Personal (EPP) según la exposición anticipada.

Precauciones Basadas en la Transmisión

Se implementan adicionalmente a las precauciones estándar cuando se sospecha o comprueba una infección con patógenos de alta transmisibilidad.

Aislamiento de contacto

Previene la transmisión por contacto directo (piel a piel) o indirecto (con superficies y objetos del ambiente del paciente).

El tiempo de aislamiento depende de la enfermedad que se trate. Algunas deben permanecer hasta la curación de la enfermedad (ej. conjuntivitis gonococcica), otros por tiempo específico (ej: Hasta cultivos negativos en el caso de Clostridium difficile, o hasta 14 días de iniciado el tratamiento + hemocultivos negativos como el herpes simple neonatal, o incluso hasta terminado el tratamiento antibiotico como el los casos de difteria cutánea o infecciones con microorganismos multirresistentes)

Aislamiento respiratorio por gotas

Previene la diseminación de microorganismos mediante secreciones respiratorias (mucosidad) que viajan distancias cortas (generalmente menos de 6 pies).

El tiempo de aislamiento también depende de la patología por la que se está aislando, variando desde 24 hs de iniciada la antibioticoterpia (como en el caso de Haemofilus o Neiseria meningitidis) hasta7 a 10 días de iniciado el tratamiento (como tosferina o mycoplasma)

Aislamiento respiratorio aéreo

Previene la transmisión de microorganismos que se diseminan en aerosol y permanecen suspendidos en el aire por largo tiempo.

Son los cuadros compatibles con Tuberculosis, Sarampión. El tiempo de aislamiento son un poco mas prolongados.

Aislamiento inverso (protector)

Protege al paciente inmunodeprimido de los gérmenes transportados por el personal o el ambiente.

Ejemplo de estas patologías son los pacientes sometidos a quimioterapia, post transplante de Médula ósea, entre los más comunes.

2. Adherencia del Personal de Salud

El cumplimiento riguroso de las precauciones de aislamiento es crucial, pero la adherencia por parte del personal de salud no se produce en su totalidad. Un estudio mostró que la puntuación global de cumplimiento de las precauciones estándar fue de un 66.8%. Específicamente, en las precauciones de aislamiento al salir de la habitación, las tasas de cumplimiento para la correcta retirada de bata y guantes fueron del 39.5%, y para la higiene de manos posterior, del 35.2%.

Barreras y Facilitadores para la Adherencia

  • Barreras: La falta de capacitación en relación con la infección específica y el uso del EPP se identificó como un factor que contribuye a la pobre implementación de las guías de Prevención y Control de Infecciones (PCI). La incomodidad al vestir el EPP es también un factor que reduce la adherencia a su uso entre los trabajadores de salud.
  • Facilitadores: Las estrategias de comunicación claras y el compartir información nueva al interior de la organización son vitales para la implementación exitosa de las guías de PCI. El personal que afirmó haber recibido formación en la institución y sentirse suficientemente formado en relación con las PS obtuvo puntuaciones promedio más altas, lo que apunta a un mayor cumplimiento.

La falta de adherencia puede tener consecuencias en la calidad de la atención. Por ejemplo, el aislamiento hospitalario se asoció con el registro incompleto de signos vitales (RR: 1,39) en pacientes aislados. 

3. Participación del Paciente y su Familia

La participación activa del paciente y sus visitantes (familia) es un componente esencial del control de infecciones.

Responsabilidades Activas

La responsabilidad primordial del paciente y sus visitantes es la higiene de manos para evitar la propagación de infecciones. Además, deben:

  • Cumplir con el uso de EPP (guantes, batas, mascarillas) según lo indicado en los rótulos de aislamiento de la habitación.
  • Consultar con el enfermero si tienen preguntas sobre las precauciones de aislamiento antes de ingresar a la habitación.
  • En habitaciones con flujo de aire negativo, es crucial mantener las puertas de la antesala completamente cerradas en todo momento.

El Impacto Psicosocial del Aislamiento

Estar aislado de los seres queridos afecta la salud psicológica del paciente y obstaculiza su recuperación. El aislamiento conlleva respuestas psicosociales como un mayor riesgo de ansiedad, depresión, estrés, percepción de estigmatización y sentimientos de soledad o exclusión social. El impacto emocional aumenta tanto en el paciente como en la familia cuando el individuo está aislado. 

4. Mejores Prácticas para la Integralidad entre Personal y Pacientes

La integralidad y la humanización del cuidado son cruciales para mitigar los efectos del aislamiento y mejorar la seguridad del paciente.

Comunicación Efectiva y Humanización

La humanización del cuidado protege las emociones y busca una atención centrada en la persona, involucrando al paciente, la familia y el profesional. Las mejores prácticas incluyen:

  1. Comunicación Clara y Constante: Las instituciones deben desarrollar acciones para la comunicación efectiva y a tiempo. Los rótulos de aislamiento fuera de la habitación son un mecanismo clave para recordar las precauciones al personal y visitantes. Las estrategias de comunicación claras son vitales para el éxito de las guías. 
  2. Uso de Tecnología: Las nuevas tecnologías pueden ayudar a disminuir la sensación de soledad facilitando la comunicación a través de videollamadas con familiares y amigos. 
  3. Fomento de la Asociación: El paciente hospitalizado necesita apoyo, confort y tranquilidad. La presencia de la familia facilita una asociación mutuamente beneficiosa en la planificación de la provisión de servicios médicos y la recuperación. Una comunicación efectiva mejora la satisfacción familiar, la confianza y el bienestar psicológico.

Superando las Barreras Institucionales y Perceptuales

Es fundamental identificar y abordar las barreras y facilitadores presentes internamente. Las barreras que impiden la participación del paciente pueden incluir la falta de respuesta del equipo de salud o la caracterización del paciente como «conflictivo». Abordar estos factores a nivel institucional es un paso esencial para lograr una adherencia integral y humanizada a las precauciones de aislamiento.

Conclusión

El aislamiento hospitalario, si bien es una herramienta indispensable para la prevención de infecciones asociadas a la atención sanitaria (IAAS), presenta un desafío dual en su implementación. Por un lado, la efectividad clínica de las precauciones estándar y basadas en la transmisión (Contacto, Gotas, Aéreo) depende intrínsecamente de una adherencia rigurosa por parte del personal de salud. Los hallazgos sugieren que esta adherencia es frecuentemente subóptima, con tasas de cumplimiento global de las precauciones estándar en torno al 66.8%, y cifras aún más bajas para prácticas críticas como la correcta retirada del EPP y la higiene de manos posterior. Abordar barreras como la incomodidad del Equipo de Protección Personal (EPP) y la deficiencia en la capacitación se vuelve esencial para cerrar esta brecha de seguridad.

Por otro lado, la aplicación de medidas de aislamiento tiene un impacto psicosocial significativo, contribuyendo a la ansiedad, la depresión y la sensación de soledad o estigmatización tanto en el paciente como en sus familiares. La integralidad en el cuidado requiere, por lo tanto, ir más allá de la bioseguridad, enfocándose en la humanización. Las mejores prácticas convergen en el uso de una comunicación efectiva y constante como pilar , y la incorporación de tecnologías para facilitar la conexión con los seres queridos. Lograr una adhesión integral y humanizada exige un compromiso institucional para garantizar los recursos (físicos y de capacitación) y fomentar una asociación activa con el paciente y su familia, transformando las medidas de aislamiento de un mero protocolo a una práctica centrada en la seguridad y la dignidad del individuo.

¡HASTA SIEMPRE!