
Las úlceras por presión (UPP), también conocidas como escaras o llagas por decúbito, representan una seria complicación en la atención sanitaria, con profundas implicaciones para la calidad de vida de los pacientes y un significativo impacto en los sistemas de salud. La prevención emerge no solo como una estrategia clínica fundamental, sino como un imperativo ético que refleja el respeto y la dignidad inherentes a cada individuo.
La incidencia mundial de las UPP varía considerablemente según la población estudiada, el entorno asistencial y la metodología de recolección de datos. Sin embargo, reportes sugieren una prevalencia que oscila entre el 0.4% y el 38% en diferentes contextos hospitalarios y de cuidados a largo plazo. Esta amplia variación subraya la necesidad de una vigilancia constante y estrategias de prevención adaptadas a cada realidad.
Una alta incidencia de estas lesiones puede señalar deficiencias en los protocolos de movilización, cuidado de la piel, evaluación de riesgos y disponibilidad de recursos.
Tasas bajas reflejan una cultura de atención centrada en el paciente, con un compromiso proactivo para minimizar el daño evitable.
La prevención de UPP no es solo un objetivo clínico, sino un indicador tangible de la excelencia en la atención.
Haber sufrido de escaras durante una internación puede tener una profunda influencia en la vida cotidiana del paciente, extendiéndose mucho más allá del período de hospitalización. El dolor crónico, la necesidad de curaciones prolongadas, las limitaciones en la movilidad y la dependencia de cuidadores pueden alterar significativamente la rutina diaria, afectando la autonomía y la participación en actividades sociales y laborales.
Los limitantes físicos que pueden persistir tras una UPP son diversos.
- A nivel estructural, la cicatrización puede dejar áreas de piel más frágil y susceptible a futuras lesiones. En casos severos, la pérdida de tejido puede afectar la función muscular o articular, limitando la movilidad y la independencia.
- Desde una perspectiva psicológica, la experiencia de haber padecido una escara puede generar sentimientos de frustración, ansiedad, depresión e incluso afectar la imagen corporal y la autoestima.
- Las limitaciones estéticas derivadas de las cicatrices pueden también impactar la percepción de uno mismo y la interacción social.
EVALUACION DEL RIESGO DE UPP
Para la evaluación del riesgo de desarrollar UPP, se utilizan diversas escalas de valoración.
La valoración del riesgo que tiene un paciente para desarrollar UPP es un aspecto CLAVE en la prevención.
LAs guías de práctica clínica recomiendan realizar una valoración del riesgo a todas las personas en su primer contacto con el sistema sanitario. El objetivo de esta valoración es la identificación de los individuos que necesitan medidas de prevención y la identificación de los factores específicos que los ponen en riesgo.
No hay un consenso entre los expertos sobre la mejor manera de realizar esta valoración. Una escala de valoración del riesgo de desarrollar UPP (EVRUPP) es un instrumento que establece una puntuación en función de una serie de parámetros considerados como factires de riesgo.
Una revisión reciente encuentra algunas ventajas al uso de escalas de valoración:
- Asegura la asignación eficiente y efectiva de recursos preventivos limtados
- Sirve de soporte de las decisiones clínicas
- Permite el ajuste de casos
- Facilita el desarrollo de protocolos de valoración del riesgo
- Sirve como prueba en casos de litigios.
Los criterios exigibles a una EVRUPP, minimos necesarios para evaluar y validar una escala son:
- Alta sensibilidad: definida como la habiidad para identificar correctamente a los pacientes con riesgo
- Alta especificidad: definida como la habilidad para identificar a los pacientes que no tienen condicion predisponente
- Buen valor predictivo: tanto Positivo (cuantos pacientes fueron definidos de riesgo entre todos los que desarrollaron UPP); como Negativos (cuantos pacientes sin UPP has sido definidos sin riesgo)
- Ser fácil de usar
- Que tenga criterios claros y bien definidos
- Que se apliquen en distintos contextos sin dificultad
Las escalas validadas hasta la fecha son cerca de 22 y siguen creciendo, porque se van proponiendo nuevas escalas. Vamos a hacer un repaso de algunas escalas validadas hasta la fecha.
ESCALA DE NORTON
Estado fisico | Estado Mental | Actividad | Movilidad | Incontinencia |
---|---|---|---|---|
4- Bueno | 4- Alerta | 4- Camina | 4- Completa | 4- No hay |
3- Débil | 3- Apático | 3- Con ayuda | 3- Limitada | 3- Ocasional |
2- Malo | 2- Estuporoso | 2- En silla de ruedas | 2- Muy limitada | 2- Usualmente urinaria |
1- Muy malo | 1- Confuso | 1- En cama | 1- Inmóvil | 1- Doble incontinencia |
Fue desarrollada en 1962 por Norton, McLaren y Exton-Smith en pacientes geriatricos.
Puntos de corte: ≤ 16: RIESGO MODERADO / ≤ 12: RIESGO ALTO
ESCALA DE WATERLOW
Relación talla/peso | Aspecto de la piel | Continencia | Movilidad | Sexo/Edad | Apetito | Factores especiales |
---|---|---|---|---|---|---|
0- Promedio normal | 0- Normal | 0- Completo | 0- Total | 1- Varón | 0- Normal | 8- MAla nutricion |
2- Por encima de la media | 1- Gerodérmico | 1- Ocasional | 1- Restringida | 2- Mujer | 1- Poco | 5- Deprivación sensorial |
3- Por debajo de lo normal | 1- Sequía | 2- Catéter o incontinencia heces | 2- Lenta y difícil | 1- 14-49 años | 2- Anorexia | 3- Antiinflamatorios o esteroides |
1- Edematosa | 3- Doble incontinencia | 3- Muy poca, con ayuda | 2- 50*65 años | 1- Muy fumador | ||
1- Fría y húmeda | 4- Nula | 3- 65-75 años | 3- Fractura reciente. Cirugía | |||
2- Alterada en color | 4- 75-80 años | |||||
3- Lesionada | 5- Mas de 81 años |
Esta escala fue desarrollada en Inglaterra en 1985 a artir de un estudio de prevalencia de UPP, en el que se encontró que la Escala de Norton no clasificaba dentro del grupo de riesgo a pacientes que finalmente las presentaban.
El punto de corte: ≥10 RIESGO
ESCALA DE BRADEN
Percepcion sensorial | Exposición a humedad | Actividad | Movilidad | Nutricion | Roce y peligro de lesiones |
---|---|---|---|---|---|
1- Completamente limitada | 1- Constantemente húmeda | 1- En cama | 1- Inmovil | 1- Muy pobre | 1- Problema |
2- Muy limitada | 2- A menudo húmeda | 2- En silla | 2- Muy limitada | 2- Inadecuada | 2- Problema potencial |
3- Ligeramente limitada | 3- Ocasionalmente húmeda | 3- Deambula ocasionalmente | 3- Ligeramente limitada | 3- Adecuada | 3- No existe problema |
4- sin limitaciones | 4- Raramente húmeda | 4- Deambula frecuentemente | 4- Sin limitaciones | 4- Excelente |
Fue desarrollada en 1985 en el contexto de un proyecto de investigación en centros sociosanitarios, por Barbara Braden y Nancy Bergstrom.
Puntos de corte: Puntuación ≥ 16 RIESGO BAJO, 12 a 14 RIESGO MODERADO, ≤ 12 RIESGO ALTO
ESCALA EMINA
Puntos | Estado mental | Humedad/ Incontinencia | Movilidad | Nutrición | Actividad |
---|---|---|---|---|---|
0 | Orientado | No | Completa | Correcta | Deambula |
1 | Desorientado | Urinaria o fecal ocasional | Limitación ligera | Incompleta ocasional | Deambula con ayuda |
2 | Letárgico | Urinaria o fecal habitual | Limitación importante | Incompleta | Siempre necesita ayuda |
3 | Coma | Urinaria y fecal | Inmóvil | No ingesta > 72 hs | No dembula |
Es una escala elaborada y validada por un grupo de enfermería del Instituto Catalán de la Salud. Con la primera letra de cada factor evaluado se le ha dado el nombre a la tabla.
Puntos de corte: ≤ 1 RIESGO BAJO, 4 a 8 RIESGO MODERADO, ≥ 8 RIESGO ALTO
En conclusión, la prevención de las úlceras por presión trasciende la mera aplicación de protocolos clínicos; implica un compromiso profundo con el bienestar y la dignidad del ser humano. Desde una orientación humanizada y filosófica, reconocer la vulnerabilidad inherente a la condición de paciente nos impulsa a priorizar la prevención como un acto de cuidado y empatía. Evitar el sufrimiento innecesario, preservar la integridad de la piel y fomentar la autonomía son pilares de una atención que valora la persona por encima de la patología. La prevención de las UPP no es solo una medida asistencial eficaz, sino una manifestación de nuestra responsabilidad ética de aliviar el dolor y promover una vida con la mayor calidad posible, incluso en los momentos de fragilidad. Al final, la verdadera medida de nuestra atención se refleja en la capacidad de proteger y preservar la integridad de aquellos que confían en nuestro cuidado.
¡HASTA PRONTO!
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